Por eso, la primera vez en nuestro país iba a ser importantísima, mucha gente iba a querer comprobar de qué se trataba esta agrupación en vivo y además, si Marcus Bridge iba a estar a la altura de Fitipaldes, antiguo vocalista. Northlane viene con un disco nuevo bajo el brazo, 'Mesmer' , que salió hace muy poco y de forma inesperada, de un día para el otro anunciaron un nuevo material, luego de 'Node', que no fue tan bien recibido.
¿Que tal fue la primera visita de estos australianos? Tenemos todo para contarte
Los primeros en presentarse fueron los muchachos de Elevate, banda metalera oriunda de Rosario que está grabando su primer disco y que vienen ganandose un nombre en la escena local. Sus toques Djent sirvieron para que la gente parara la oreja y les diera todo el respeto suficiente ante la presencia de temas como "Isla", "Dama". "Viento y marea" e "Insomnio". Sonaron muy correctamente y fueron una buena elección para abrir la noche
Luego fue el turno de Destruye Todo Imperio. Estos muchachos rompieron todo con el show enérgico que presentan y dieron cátedra de cómo tiene que sonar una banda telonera. Presentaron temas de su primer EP "DTI" entre los cuales sonaron "Veneno", "D.T.I.", "Sangre" y "Colapso". Muy buen show. Lugar aparte para su batero de reemplazo apodado Andy, que suplantó al baterista de la banda que no pudo llegar al show
Finalmente la recta final llegó con la presentación de los chicos de Abbasi, que se encontraban hace casi la totalidad de Uniclub plagado de almas expectantes de más riffs y breakdowns. Estos chicos están en proceso de grabación de su segundo álbum, del cual ya adelantaron el tema "Flaneur" además de otros como "El Tasador" y "Equilibrio" en lo que fue un show correcto pero con falencias de sonido
Uniclub era una caldera a eso de las 21:30hs, el recinto estaba lleno y expectante por lo que vendría. Luego de apagar las luces y abrir el telón, uno a uno los Northlane aparecieron en escena, y de ahí en más todo fue fiesta. El público argentino estaba con ganas de demostrar todo el amor en forma de agite que tiene para dar.
La primera sensación que nos dieron apenas arrancaron con 'Paragon' fue la profesionalidad y detalle que manejan: la cantidad de pedales, cables y equipos denotan un cuidado minucioso en el sonido, cosa que se notó durante todo su set, el sonido fue fuerte y claro, cada instrumento estuvo preciso e impecable.
Mesmer fue una parte muy importante del set (es obvio, vinieron a presentarlo), contó con temazos como 'Colourwave', 'Savage', 'Intuition' y 'Solar'. Afortunadamente estos temas fueron recibidos con pogo y agite, y esto se traslució en sus caras, especialmente la de Marcus Bridge, que tuvo una sonrisa de oreja a oreja en cada momento.
Algo importante en los shows es la energía y predisposición que tiene la banda sobre el escenario, Northlane fue una catarata de energía y buena onda, pero sin desperdiciar el cuidado del sonido. Esto ayuda a la fluidez del concierto, ya que uno siente que el tiempo parece que pasa más lento y que vale la pena lo que estás viendo, y que los músicos no están ahí por obligación.
Hubo tiempo para canciones viejitas también, todo comenzó con 'Dream Awake' y siguió con el riff demoledor de 'Dispossession', creando uno de los momentos más violentos de la noche. Y por supuesto, su caballito de batalla tenía que estar: 'Quantum Flux' fue cantado a pulmón por todos y cada uno de los presentes. Quedaba tiempo para un encore, y la elegida fue la ganchera 'Obelisk', perteneciente a ''Node''.
Para los que dudaban, Marcus Bridge está más que capacitado para ser el frontman, su capacidad vocal le permite pasar desde limpios a podridos en cuestión de segundos y sin que se nota. El muchacho se canta todo. Sí, todos extrañamos a Fitipaldes, pero Marcus se ganó su lugar y puede hacer lo que sea.
En definitiva, Northlane en Uniclub estuvo perfecto. Fueron tan sólo 13 temas, pero gracias a la energía y profesionalidad de la banda australiana, parecieron muchos más. Con una mezcla de temas viejos y nuevos, lograron crear una química excelente entre público y banda. Con palabras justas y sin demagogia se despidieron prometiendo volver. No hizo falta más, la música habló por sí solo.
No quedan más palabras que agradecer, porque en tan sólo 1 hora y 15, tocaron nuestros corazones, nos hicieron cantar y poguear. Para los presentes, siéntanse afortunados de haber ido, en el futuro vas a poder decir que tachaste a una de las bandas más importantes de nuestra adolescencia de la lista.
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