miércoles, 19 de octubre de 2016
"No puedo decir si fue real": THE OCEAN en THE ROXY LIVE
Dejemos algo en claro antes de encarar la crónica del show de The Ocean en nuestro país: esta banda no es para cualquiera. En realidad creo que el Post Metal no es para cualquier oído y una persona que no esté dispuesta a experimentar cada sonido, cada género, cada historia detrás de cada letra puede llegar a pegarse una experiencia soporífera.
Por eso, la primera visita de estos alemanes a The Roxy Live era muy díficil, ya que si bien lógicamente habría fanáticos en su mayoría, habría gente que no lo era y que tenía como meta al final de la noche salir asombrado y que su sentido auditivo no haya sufrido estar presente.
Personalmente puedo decir que tenía mis dudas sobre la banda, pero después de salir del recinto de Palermo me di cuenta que, para mí, este es el show sorpresa del año. Una persona que haya sabido lo que se venía quizás no concuerde pero para los que iban de perfil bajo salieron gratamente felices.
Vamos por partes:
Antes que la banda estuvieron los muchachos de Sick Porky, una banda que la viene rompiendo allá por donde se presentan. Estos chicos ya no tienen que ganarse a nadie, tienen el partido ganado antes de salir, y se noto en el turbio ambiente del Roxy, con la gente que alentaba y cantaba cada tema que ejecutaban. Si bien duramente podía escucharse a Carlos Villafañe, su cantante, por momentos la jugada no les salió mal y se notó.
Quizás hubiera elegido un setlist diferente dado el hecho de que al otro porcentaje del público le costó moverse debido a la poca intensidad de algunos temas. Pero se nota que son una banda que la vienen remando y que van a dominar la escena.
Luego de un par de leves retrasos en los horarios, se apagan las luces. Silencio. Algo muy poco común en recitales hoy en día, la pantalla del Roxy se ilumina con una imágen en movimiento sin sonido, luego de un par de segundos y de quedarte con una incógnita creciente, se vislumbra el océano, empieza a sonar una melodía y los músicos se hacen presentes.
"Mesopelagic: Into The Uncanny" abre la noche, con una banda que sale a escena sin miedo, tantea al público, da una muestra de lo que son musicalmente y, en el momento indicado, sale a escena Loic Rossetti, cantante, que tranquilo y calmo pronuncia sus lineas sabiendo que la calma se perdería luego.
"Bathyalpelagic" suena en el ambiente con sus 3 respectivas partes: "Impasses", "The Wish In Dreams" y "Disiquilibrated" y con esto todo empieza a levantar. Luego de un par de problemas de retorno y alcance, el sonido se acomoda, las cabezas se empiezan a agitar y es cuando Rossetti da rienda suelta a lo que verdaderamente es: un showman al que le compramos todo.
El cantante se paseó por todo el Roxy, saltó, se tiró al público reiteradas veces, caminó por el VIP, y dejó lugar a que sus compañeros se lucieran, que no es poco. Si hablamos de Staps, Murdoch, Hägerstrand y Seidel no queda más que alabarlos por haber creado esos riffs, pensado esas estructuras musicales y lograr la paz entre tanto quilombo
"Abyssopelagic I: Boundless Vasts" y "Abyssopelagic II: Signals Of Anxiety" continuaban con la montaña rusa de euforia que se notaba vívida y descontrolada, para luego arremeter con "Hadopelagic I: Omen Of The Deep" y "Hadopelagic II: Let Them Believe", en lo que parecía una larga historia musical con un trasfondo hermoso
Pero, como dije, este tipo de música es selectiva y, a pesar de que amé cada segundo del show, cuando éste bajaba un cambio todo se metía en "piloto automático" por lo que poco se podía apreciar. No había más que escuchar y dejarse llevar, porque si eso te resultaba complicado, entonces el resultado no te iba a ser muy fructífero
"Demersal: Cognitive Dissonance" y "Benthic: The Origin of Our Wishes" daban el "final" de este acto que supo tener sus mejores y más bajos momentos pero que se ganó el corazón de cada uno de los presentes que supo entender que, muchas veces, la música no es romper todo y llevarse cosas por delante, sino más bien escuchar y saber entender lo que te dicen comprensivamente
Pero los alemanes volvieron y, por supuesto, con sus bises, se llevaron todos los aplausos. "Rhyacian: Untimely Meditations" y "Firmament" fueron las elegidas para que el público diera rienda suelta a sus pasiones que se unían con sus gargantas para entonar cada estrofa que se escribió sobre ellas. Y con ese ambiente tan cálido, amable e internamente resentido The Ocean se despedía de nuestro país
Como es costumbre, prometieron volver pronto, cosa que comprobaremos cuando suceda. Estoy seguro de que se llevaron una excelente impresión de su público, y no por el arengue generado, sino por la atención prestada. Escuchar y aprender. Eso es todo lo que se necesita
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